“Los días de una energía barata se han acabado para Europa”; este es el comienzo del documento estratégico: Una política energética para Europa, presentado por la Comisión Europea en el mes de enero. Desde el año 1997 todos los Estados miembros han promovido el uso de energías renovables con el doble reto de reducir la alta dependencia energética que tenemos de los productos petrolíferos -cuyos precios afectan negativamente a la balanza de pagos de los Estados Miembros- y disminuir también las emisiones de CO2, cumpliendo con el compromiso adquirido en el protocolo de Kioto.