Los datos sobre la resistencia a los antimicrobianos (RAM) en bacterias zoonóticas e indicadoras de seres humanos, animales y alimentos son recopilados anualmente por los EEMM de la UE, analizados conjuntamente por la EFSA y el ECDC y presentados en un informe resumido. El seguimiento anual de la resistencia a los antimicrobianos en los animales y los alimentos dentro de la UE está dirigido a determinadas especies animales correspondientes al año del informe:
• El seguimiento de 2018 se centró específicamente en las aves de corral y sus canales/derivados cárnicos, mientras que el seguimiento realizado en 2019 se centró específicamente en los cerdos y terneros menores de 1 año, así como en sus canales/derivados cárnicos.
• El seguimiento y la notificación de la resistencia a los antimicrobianos en 2018/2019 incluye datos sobre Salmonella, Campylobacter y el indicador Escherichia coli, así como datos obtenidos de la monitorización específica de cepas de E. coli presuntamente productoras de BLEE/AmpC/carbapenemasas. Además, algunos EEMM informaron datos voluntarios sobre la aparición de Staphylococcus aureus resistente a la meticilina en animales y alimentos, y algunos países también proporcionan datos sobre la susceptibilidad a los antimicrobianos.
Según un informe publicado ayer por el ECDC y por la EFSA, una proporción considerable de bacterias Salmonella y Campylobacter siguen siendo resistentes a los antibióticos administrados habitualmente a seres humanos y animales, al igual que en años anteriores.
En los seres humanos se ha notificado una elevada proporción de resistencia a la ciprofloxacina, un antibiótico utilizado habitualmente para tratar varios tipos de infecciones, de un tipo específico de Salmonella llamado S. Kentucky (82,1 %).
En los últimos años, se han notificado cada vez más casos en varios países de S. Enteritidis resistente al ácido nalidíxico o a la ciprofloxacina. La mayor frecuencia en la aparición de casos de resistencia a la fluoroquinolona o a la quinolona en estos tipos de Salmonella es probablemente un reflejo de la propagación de cepas especialmente resistentes. En el caso de la Campylobacter, la resistencia a la ciprofloxacina es ahora tan frecuente en la mayoría de los países que este antimicrobiano tiene ya un uso limitado para el tratamiento de las infecciones por Campylobacter en seres humanos. Sin embargo, el informe incluye también algunas conclusiones positivas:
  • Entre 2015 y 2019 se ha observado una disminución de la resistencia a la ampicilina y las tetraciclinas en cepas de Salmonella procedentes de seres humanos de 8 y 11 EEMM, respectivamente.
  • Entre 2015 y 2019 también se observó una tendencia decreciente en la prevalencia de E. coli productoras de-lactamasas de espectro extendido (BLEE) en muestras de animales productores de alimentos de 13 EEMM. Este hecho es importante, ya que algunas cepas de E.coli productoras de BLEE causan infecciones graves en los seres humanos.
Sigue siendo baja la resistencia combinada a dos antimicrobianos de importancia vital: las fluoroquinolonas y cefalosporinas de tercera generación en el caso de las Salmonella, y a las fluoroquinolonas y macrólidos en el caso de las Campylobacter. Estos antimicrobianos, de importancia vital, se emplean habitualmente para tratar las infecciones graves producidas en seres humanos por Salmonella y Campylobacter. También aumentó la tasa de bacterias E. coli en muestras de animales destinados a la producción de alimentos que responden a todos los antimicrobianos con los que se realizaron pruebas.
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