Una encuesta publicada por la Comisión Europea revela una disminución del uso humano de antibióticos desde 2009, y una conciencia cada vez mayor de que los antibióticos no matan a los virus. 

Sin embargo, esta noticia positiva se ve ensombrecida por los datos publicados paralelamente por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), que muestran un marcado incremento en Europa de las bacterias gramnegativas multirresistentes y, en concreto, a las carbapenemas, antibióticos que se utilizan como último recurso en el tratamiento de las infecciones hospitalarias. Por esta razón, la Comisión está intensificando la lucha contra la resistencia bacteriana mediante la financiación de quince nuevos proyectos de investigación y normas armonizadas de recogida de datos en relación con animales y alimentos.

Tonio Borg, Comisario europeo de salud, ha declarado lo siguiente: «Me preocupa profundamente que los antibióticos, que nos han permitido tratar infecciones bacterianas que antes eran mortales y salvar muchas vidas, sean ahora cada vez menos eficaces. Quiero subrayar decididamente la importancia que para la Comisión tiene el reto de la resistencia bacteriana. La Comisión sigue estando enteramente comprometida a proseguir su plan de acción para abordar de forma coordinada las resistencias bacterianas en las personas y los animales.»

La Comisaria europea de Investigación e Innovación, Máire Geoghegan-Quinn, ha declarado: «La investigación y la innovación son esenciales si queremos contrarrestar la resistencia bacteriana. Estos nuevos proyectos van a contribuir a la excelente labor que se está llevando a cabo para desarrollar nuevos medicamentos y tratamientos. Me complace especialmente que participen en estos proyectos tantas pequeñas empresas, algo que me gustaría ver en todas las vertientes del nuevo programa de investigación de la UE Horizonte 2020.»

 

Plan de Acción: situación actual

El Plan de Acción de la Comisión de noviembre de 2013 para atajar la propagación de las resistencias bacterianas contiene siete ámbitos clave en los que es imprescindible tomar medidas: 1) garantizar que los antimicrobianos se usen adecuadamente en la medicina humana y veterinaria; 2) prevenir las infecciones microbianas y su propagación; 3) diseñar nuevos antimicrobianos eficaces o tratamientos alternativos; 4) cooperar con socios internacionales para reducir los riesgos de resistencia bacteriana; 5) mejorar el seguimiento y la vigilancia en medicina y en veterinaria; 6) fomentar la investigación y la innovación; y 7) apoyar la comunicación, la educación y la formación. Tras dos años de funcionamiento de este plan quinquenal, se han logrado avances significativos en la mayoría de los ámbitos y, en particular:

Investigación e innovación: La UE ha invertido alrededor de 800 millones EUR en investigación relacionada con la resistencia bacteriana, en parte a través de la Iniciativa sobre Medicamentos Innovadores (IMI). La Comisión anuncia hoy el lanzamiento de quince nuevos proyectos de investigación con una contribución presupuestaria total de la UE de 91 millones EUR. Los proyectos, en los que participan unas cuarenta y cuatro pequeñas y medianas empresas, así como universidades y otros organismos de investigación, desarrollarán nuevos antimicrobianos o alternativas como bacteriófagos y vacunas. Asimismo abordarán la resistencia a los antibióticos en la cadena alimentaria e investigarán las nanotecnologías que puedan ayudar a obtener medicamentos antimicrobianos.

Mejorar el seguimiento y la vigilancia: Se ha hecho un gran esfuerzo por reforzar y consolidar los sistemas de vigilancia del consumo de antibióticos y de la resistencia en el ámbito veterinario. Una decisión de la Comisión publicada esta semana establece normas para la recogida de datos armonizada sobre las resistencias bacterianas en los animales y los alimentos. Esto es importante para la comparabilidad de los datos entre los Estados miembros, tanto en el ámbito humano como en el veterinario, y para la evaluación de las medidas adoptadas.

Uso apropiado de los antibióticos en medicina y en veterinaria: Varios proyectos financiados en el marco del Programa de Salud abordan, por ejemplo, el uso incorrecto de agentes antimicrobianos en medicina, la sensibilización de las partes interesadas —médicos, agricultores, farmacéuticos y pacientes— y las ventas de antimicrobianos sin receta. Además, la Comisión está en la última fase de la revisión de los instrumentos jurídicos relativos a los medicamentos veterinarios y piensos medicamentosos, que abordarán las resistencias bacterianas en estos ámbitos.

Prevenir las infecciones microbianas y su propagación: En mayo de este año, la Comisión adoptó una propuesta relativa a una reglamentación única y global de salud animal centrada en la prevención de enfermedades, lo que reduciría la necesidad de antibióticos. En cuanto a la salud humana, los proyectos en curso y las acciones cofinanciadas por el Programa de Salud apoyan la aplicación de la Recomendación del Consejo sobre la seguridad de los pacientes, en particular la prevención y la lucha contra las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria.

Los antimicrobianos incluyen a los antibióticos, que son esenciales para la medicina humana y veterinaria, y también pueden utilizarse como desinfectantes, antisépticos y otros productos de higiene. Han reducido de manera importante la amenaza de enfermedades infecciosas. Los antibióticos son una herramienta indispensable en medicina y se utilizan en procedimientos como los trasplantes y la quimioterapia.

No obstante, con los años las bacterias se han hecho resistentes a los antibióticos. Esta resistencia se manifiesta en infecciones hospitalarias, infecciones respiratorias, meningitis, diarreas y enfermedades venéreas. Las bacterias resistentes pueden pasar de los animales a las personas a través de la cadena alimentaria o el contacto directo.

Desde la década de los noventa, cuando se reconoció que las resistencias bacterianas eran una amenaza grave para la salud pública, la Comisión ha puesto en marcha varias iniciativas y acciones en todos los sectores: medicina, veterinaria, alimentación humana y animal e investigación científica. El Plan de Acción de 2011 es la última de una serie de medidas que la Comisión ha adoptado para enfrentarse a las resistencias bacterianas.