El impacto de las enfermedades animales y de la guerra en Ucrania han reducido la demanda de piensos para el ganado en la UE y por ello se estima una disminución de la producción comunitaria de alimentos compuestos para animales de 5 millones de toneladas respecto al año pasado, hasta los 145 millones de toneladas (es decir, un 3,5% menos), según la Federación Europea de Fabricantes de Piensos (FEFAC).
De acuerdo con sus estimaciones, los grandes países productores registrarán caídas en la producción que irán del 1,5% al 8,8%, resultado de las interrupciones en la cadena de suministro y de la propagación de enfermedades animales en 2022. Solo en los países bálticos, Irlanda, Polonia, Bulgaria y Eslovenia se mantendrá en un nivel similar al del año pasado.

Por categorías, el descenso de producción más acusado corresponde a los alimentos para el porcino, donde la caída podría ser del 5,6% respecto al año pasado debido a una disminución de la cabaña y al abandono de la actividad por parte de algunos ganaderos como consecuencia de los elevados costes de producción y por la peste porcina africana. Según FEFAC, la situación es especialmente crítica en Bélgica (-11%), Dinamarca (-9%), Portugal (-8,4%), Alemania (-8%) y la República Checa (-7,4%). En los Países Bajos y en Bélgica continúan reduciendo sus censos para controlar las emisiones contaminantes mientras que Rumania y Polonia se están viendo muy afectados por la peste porcina africana.

En el caso de los piensos para aves de corral se espera una disminución de la producción del 3,4%. El principal motivo en este caso es la gripe aviar, especialmente presente en Francia, Bélgica, Italia y Hungría. Además, la subida de los costes de producción, tanto de los huevos como de la carne de ave, hacen que los ganaderos retrasen las reposiciones.

Por último, la producción de piensos para el vacuno disminuirá en un 1,3% respecto a 2021 a pesar de que las ventas aumentaron durante el verano por la disminución de la disponibilidad de pasto. Los ganaderos optaron por reducir sus rebaños y acortar los ciclos de lactancia para afrontar las políticas medioambientales y reducir el consumo de alimentos para el ganado.
Los fabricantes europeos apuntan que "la decepcionante cosecha de maíz en la UE (-19%) podría conducir a un cambio en la formulación de los alimentos para el ganado a favor del trigo forrajero”.