Nos encontramos ante una realidad de mercado diferente y ante un comprador medio diferente al de hace apenas 25 años. Un hogar medio en el año 2005 tiene unos hábitos de compra y consumo que poco tienen que ver con el promedio del año 1980. El mercado de los productos frescos ha perdido importancia dentro del gasto año tras año.En 10 años la carne fresca ha cedido respecto a otras categorías de alimentación envasada y refrigerados.