La coccidiosis aviar es una enfermedad parasitaria que causa importantes pérdidas económicas en las granjas debido a la alta mortalidad y al descenso de la producción que genera, y a la dificultad de su control en las explotaciones avícolas.  
Una gran parte de estas pérdidas se deben a la coccidiosis subclínica (se estima que cerca del 70%) que, aunque puede no causar la muerte del animal o enfermedad clínica severa, produce igualmente disminución en el rendimiento productivo, al alterar el funcionamiento del intestino, siendo por ello fundamental el diagnóstico y detección de este tipo de problemas.
Diagnóstico
La coccidiosis está causada por protozoos pertenecientes al género Eimeria. A la hora del diagnóstico es importante conocer qué especie de Eimeria es la implicada, pues, además de ser patógenas para especies aviares específicas, también presentan una especificidad en la presentación de las lesiones, debido a que afectan a determinadas zonas del intestino.
Será a través de esta especificidad de localización y según las características de las lesiones, lo que facilitará el diagnóstico a nivel de granja. De forma resumida podríamos hacer la siguiente clasificación según las lesiones asociadas a cada especie:
1. E.acervulina: lesiones blanquecinas en la porción proximal del intestino
2. E.maxima: hemorragias petequiales en la porción media del intestino.
3. E.tenella: petequias y/o sangre en el ciego y en las deyecciones cecales
4. E.mitis: se localiza en la parte inferior del intestino delgado. No se aprecian lesiones macroscópicas diferenciadas en el intestino.
5. E.necatrix: petequias rojas y/o placas blanquecinas en intestino delgado, sangre en el lumen intestinal.
6. E.brunetti: Estrías transversales de color rojo en la parte inferior del recto y las lesiones se localizan en las tonsilas cecales.
El diagnóstico puede realizarse a partir de las valoraciones de estas lesiones, puntuándolas de cero a cuatro dependiendo de la severidad de las mismas. Hoy en día existen guías de ayuda y apoyo técnico de laboratorios, como Zoetis, para realizar esta valoración, que requiere tiempo de trabajo y objetividad.
Cuatro reglas de oro para el correcto abordaje de la coccidiosis
Para el control y tratamiento adecuado de la coccidiosis, es necesario utilizar de forma racional las herramientas disponibles para ello:
1. Anticoccidiósicos (ionóforos y químicos)
2. Vacunas
3. Manejo:
- Mejorar la salud intestinal (para el óptimo rendimiento de las herramientas de control)
- Dieta/ Nutrición: digestibilidad del pienso (para favorecer la salud intestinal)
- Manejo de la cama: control humedad (los coccidios necesitan humedad para esporular y reproducirse). Influye en este control la densidad de animales, el mantenimiento y manejo de los bebederos, la ventilación y calefacción.
Para un control efectivo de la coccidiosis, es necesario hacer un uso impecable de los coccidiostatos que empleemos; esto asegura la futura eficacia de los mismos, manteniendo los niveles de producción. Existen 4 reglas de oro a la hora de utilizar anticoccidiósicos:
1. No utilizar el mismo anticoccidiósico durante demasiado tiempo: un uso excesivo puede provocar una reducción de la eficacia. Es recomendable respetar las siguientes indicaciones temporales antes de realizar la rotación:
- Ionóforo: hasta seis meses
- Químico en un programa completo de limpieza: tres meses
- Químico en un programa alterno de limpieza (Shuttle): cuatro meses y medio
2. Dejar descansar un producto por un tiempo suficiente después de haberlo usado. Las siguientes prácticas ayudan a restablecer la sensibilidad de los coccidios:
- No volver a utilizar un mismo ionóforo, o cualquier otro ionóforo de la misma clase, al menos durante los próximos seis meses.
- Realizar una limpieza química una vez al año. En caso de emplear un producto químico durante tres meses en un programa completo, lo aconsejable es no volver a emplearlo durante al menos un año. Durante este periodo de descanso se pueden emplear otros químicos, ya que no hay riesgo de resistencia cruzada entre ellos.
3. Realizar una rotación entre distintos tipos y clases de productos: logrará minimizar la aparición de resistencia cruzada y aumentar la sensibilidad de los coccidios. Valorar la utilización de vacunas como parte del programa de rotación.
4. Realizar una limpieza química una vez al año: contribuye a reducir la carga infecciosa.
En resumen, rotar las moléculas de un modo racional, empleando alternativamente químicos e ionóforos, sin olvidar también el papel de las vacunas, tiene como resultado mejores rendimientos económicos, y se evita en gran medida la aparición de resistencias.
Acerca de Zoetis
Zoetis es la empresa líder de salud animal, dedicada a apoyar a sus clientes y sus negocios. Construida sobre 60 años de experiencia en salud animal, Zoetis descubre, desarrolla, fabrica y comercializa medicamentos y vacunas de uso veterinario complementados por productos de diagnóstico y apoyados por una amplia gama de servicios. En 2015, la compañía generó unos ingresos anuales de 4.800 millones de dólares. Con 9.000 empleados aproximadamente, sus productos sirven a veterinarios, ganaderos, productores y todos aquellos que crían y cuidan el ganado y los animales de compañía en más de 100 países. Más información en www.zoetis.es.